PASOS PARA TENER EXITO AL ESTABLECER NUESTRAS METAS

Para tener éxito, es necesario que tengamos fe en nosotros, que confiemos en que lo podemos lograr.

Piensa en todas las veces que sí has logrado lo que te has propuesto, aunque creas que son logros que no valen la pena.
No los califiques de acuerdo a su importancia o magnitud.

Considéralos sólo como una muestra de que sí hay cosas que puedes lograr y por lo tanto, lo que no sabes o no has podido, lo puedes aprender.



Escríbelo para que te lo recuerdes, cuando te sientas desmotivado o cometas algún error.

Haz que la frase: "Si no lo he logrado, puedo aprender a hacerlo" sea parte de tu vida diaria.

Si has intentado hacer algo varias veces y no has tenido éxito, quizás necesitas hacerlo de forma diferente o tal vez necesitas ayuda.
¡Búscala!

 


 

Cuando no escribimos una meta, puede quedarse como simple fantasía.

Al escribirla, podemos ver nuestros objetivos con mayor claridad y podemos comprometernos con nosotros mismos.

Escribirla de manera clara y específica, nos permite ver nuestros logros y lo que necesitamos hacer para llegar al final.

Es importante escribirla en forma positiva: lo que sí vamos a hacer y no lo que queremos dejar de hacer.

Es mejor decir:
Voy a organizar mi tiempo, que decir ya no voy a ser impuntual.

Nuestra manera de hablar y de pensar, influye en la programación de nuestro subconsciente.


 

¿Depende de ti?
¿Es alcanzable?

¿Está planteada de acuerdo a las características de una meta bien planteada?



 

     ¿Pregúntate: ¿qué es lo que quiero?

Para lograr nuestras metas es necesario distinguir entre nuestras necesidades y las planteadas por la cultura o la gente que nos rodea.

Es importante reconocer las necesidades de los demás.
Pero reconocerlas y respetarlas no significa que tenemos que hacerlas nuestras.

Muchas veces sabemos lo que no queremos, pero no siempre sabemos claramente que si queremos.
Pero podemos averiguarlo.




Pregúntate:

¿Por qué o para qué lo quiero?
¿En qué me perjudica ahora, el no tener o hacer…?
¿En que va a cambiar mi vida, relación, persona, etc., cuando logre mi meta?
Escribe las respuestas.

Recuerda que es importante ser realista en la meta y en los beneficios.

Fortalece tu confianza.

Establece un compromiso contigo mismo.

Describe las consecuencias positivas que vas a obtener y lo que necesitas hacer para lograrlo.

Pregúntate si vale la pena el esfuerzo que tienes que hacer.

Si no estamos dispuestos a esforzarnos, nuestra meta no es realmente nuestra o está basada en algo en lo que no creemos o que no deseamos con el corazón.

Ponte metas que realmente te motiven.
Que tu corazón y tu mente estén involucrados.

  1. Acepta tu responsabilidad.

    Para tener éxito en nuestras metas y en nuestra vida, es necesario reconocer que una gran parte de lo que nos sucede, es el resultado de nuestras decisiones y conductas.

    Cuando no lo aceptamos y culpamos a los demás, a la vida, la suerte, etc., no resolvemos los problemas y nos sentimos víctimas, incapaces y vulnerables.

    Esta actitud nos paraliza o nos lleva a tomar decisiones equivocadas.

    Reconocer que cometimos un error, es un acto de valor y honestidad.
    Nos da la posibilidad de corregir y aprender.
    Negarlo, no elimina el error, sólo lo aumenta.

    Recuerda que somos humanos y por lo tanto falibles.
    No somos, ni vamos a ser perfectos, pero siempre podemos mejorar. Siempre podemos aceptar nuestra responsabilidad.

  2. Escribe tu meta.
  3. Analízala.

  4. Exprésala en voz alta cada día, al levantarte y al acostarte.

    Mientras más veces la recuerdes y la expreses, de preferencia en voz alta, más cerca estás de ella.

    Es importante que pongas en ciertos lugares alguna frase, dibujo, adorno, etc. que te la recuerde constantemente.

    Esto no sólo te ayuda a recordarla, sino que tu subconsciente trabaja en ella.

    Pregúntate con frecuencia:
    "¿Lo que estoy haciendo me ayuda a lograr mi meta?"
    Si no es así, revisa tu meta y tu plan de acción.

  5. Analiza tu situación actual.

    Necesitas saber cuál es tu punto de partida, para saber hacia dónde dirigirte y cómo hacerlo.

    No es igual llegar a Acapulco desde Cuernavaca que desde Canadá.

  6. Divide la meta en pequeñas metas a corto y mediano plazo o en pequeños pasos, que te vayan acercando a la meta final.

    Por ejemplo:
    Si quieres compartir más tiempo con una persona, para mejorar la relación con ella, puedes decir:

    Le voy a hablar diario por teléfono.
    Una vez al mes o a la semana, voy a planear una mañana o un par de horas, para que hagamos algo juntos
    Para dentro de 6 meses o a fin de año, voy a planear lo necesario para irnos juntos de vacaciones.

    Esto se aplica a cualquier tipo de metas: de salud, negocios, personales, etc., aunque el tiempo y actividades pueden ir variando, de acuerdo a tu meta y a tus necesidades.

    Si es una meta que incluye a otra persona, debes tomar en cuenta sus deseos, tiempos y necesidades.

  7. Pon una fecha límite para la meta final y fechas intermedias para ir checando objetivamente los progresos y corregir si es necesario

  8. .Cuando no hay un plazo, vamos dejando las cosas para después y no las hacemos.

  9. Cuando decimos: "quisiera, algún día yo… en el futuro voy a…", no actuamos.

  10. Poner una fecha nos "obliga".                      Nuestro objetivo es ayudarte y puedes comenzar entrando en Mision fortuna para capacitarte 

  11. Un  saludo                                                                                  Eliseo Cuesta                         www.misionfortuna.com/landing.php?id=eliseocuesta